Anteriormente hemos visto las diferencias entre el servidor y el cliente, y, a grandes rasgos, el esquema de comunicación entre ambos. Volveremos sobre las peticiones sincrónicas y asincrónicas más tarde. Por ahora quisiera recordar que el servidor es la computadora que responde a nuestro pedido cuando queremos visitar una página web. Es allí donde se encuentran físicamente los archivos que componen nuestro sitio web. Éste, lógicamente, suele ser un servicio rentado (al menos cuando buscamos cierta confianza). Normalmente, se lo conoce en el mercado como servicio de hosting o alojamiento. Todo sitio web tiene que estar físicamente en algún lugar, debe tener un "domicilio real" al que llamar a la puerta. Desde ya podemos comprar nuestro propio terreno, pero en la mayoría de los casos suele ser más económico alquilar un cajoncito acondicionado que construir un edificio entero sólo para unos pocos papeles. Es por ello que el servicio de hosting resulta la mejor opción para sitios pequeños, medianos e, incluso, grandes.

La dirección de nuestro sitio web es fácilmente recordable porque está compuesta de palabras antes que de números (¡cuán difícil sería recordar la ip de cada sitio que visitamos!). Escribimos en la barra de direcciones “aesolucionesweb.com.ar” para acceder a nuestro sitio web. Esa dirección única la llamamos nombre del dominio y se para por su adquisición (se suele renovar anualmente a un bajo costo). En la Argentina, por ejemplo, el organismo gubernamental que administra los nombres de dominio es nic.ar. En el mundo, existen muchas empresas y organismos cuya única actividad comercial es la venta de nombres de dominio. Los precios varían entre los 10 U$D y 15 U$D anuales.

Quien se dispone a comprar un sitio web muchas veces puede sentirse un poco abrumado por tantos requerimientos desconocidos. Es por ello que en AE Soluciones web brindamos soluciones integrales: asesoramiento, adquisición y/o configuración del nombre del dominio, alojamiento y construcción del sitio.